jueves, 10 de noviembre de 2016

Debería

Debería ser paciente, pero no saber qué esperas me atasca.
Estoy cansada.

Debería poder mantenerme en tu estado de mente, 
Mantenerme quieta, segura, feliz.
Pero estoy jodidamente cansada.

Debería dejarte ir, debería hacerlo ahora.
Mantenernos en una cápsula de hielo, 
como lo más lindo que hemos vivido, 
como lo más puro.

Debería llenarme de valentía, 
poder decir no, poder hablarlo
poder ser yo misma de nuevo.
poder abrir la jaula, 
poder dejar soplar el viento.

Debería caer hasta lo más hondo, vomitárlo,
dejar caer la lluvia, formar tierra nueva.

Debería limpiar mi alma, y dejarte en un espacio sagrado,
intocable, para pensarte de ves en cuando, para mantenerte así,
como siempre, como tú.

Estoy ciegamente atascada.
Quiero salir de mi.

Poco a poco

Nunca quise escribir sobre la desgarrante sensación de tener que dejarte ir, 
cuando la única forma de mantener mis ojos secos era mirar por la ventana intentando pensar que el tiempo que pasaría sería poco.

Ha pasado casi un mes desde que te fuiste, y pareciera que mi cuerpo aún tiene memoria, que aún te pide.
Y recuerdo ese primer día que te conocí, cuando estaba tan segura que nunca iba a caer, 
sin embargo no sabía que la vida me tenía me llevaría al otro costado.

Ahora, que supuestamente es un tiempo sano y prudente, debería poder hablar sobre el tema, 
debería poder autocontenerme, pero no, no he podido.

Sigo viéndome sentada en el piso, en la misma posición, con el cuerpo pesado y los ojos tristes.
Sigo viéndome en el aeropuerto llena de dudas, llena de ti.
Te extraño tanto. Te extraño como el lindo ser que eres, como compañero, como amante.

Sin embargo sé que debería soltarlo, que tu camino es diferente, 
que hay tantos desvíos que aún no conoces, y no, simplemente no podría negártelo.
No podría decirme a mi misma que debería dejar de quererte por esa razón.

Mereces tanta libertad, tanto amor.

Y a ésta hora, no lloro con la intención de romperme más el corazón, 
Sino con la intención de sellar cada momento precioso que me regalaste, guardarlo, y congelarlo en el tiempo.

Poco a poco debo dejarte ir, para que no me recuerdes como quien intentó cortarte las alas,
 sino como alguien que quiso guiarte al lugar más lindo de tu vida.

Sigo viéndome allá, abrazando lo que ahora no tengo.
 Sigo viéndonos, y aunque estemos en diferente latitud y en diferentes tiempos, mi sonrisa te acompaña.

Ésta es mi forma, ésta soy yo guardando lo poco que tengo de ti.

Serie de memorias

  • -Cuando durante la cena nos pintamos las caras con el jugo de la ensalada de betarraga.
  • -Cuando el último día antes de que te fueras a santiago, en la cocina de mi casa, me senté en tus piernas y me dijiste que yo te hacía muy feliz
  • -Cuando subimos los árboles al lago del lago, y tu te bajaste porque le temías a las arañas, mientras yo me reía.
  • -Cuando caminamos horas bajo la lluvia en Valdivia, sólo conversando cosas cotidianas, pero éramos felices.
  • -Cuando la noche del primer día que te conocí, te besé con la excusa de querer tocar tu pelo.
  • -Cuando bailamos en el apartamento escuchando música clásica.
  • -Cuando nos besamos en el sillón escuchando Silvio rodriguez, y los dos nos pusimos a reír porque la situación era demasiado romántica.
  • -Cuando fuimos a acampar en medio de la noche y aparecieron unas vacas en medio del campo. Los dos nos asustamos y salimos corriendo y riendo.
  • -Cuando intentamos dormir en un solo saco de dormir, y a la mañana siguiente cuando nos despertamos, nos contamos lo que habíamos soñado durante la noche.
  • -Cuando miramos el atardecer color rojo, desde la poza, y tu me dijiste que te imaginabas a mi en Berlín.
  • -Cuando bajamos a la cascada, hacía viento, y tu dijiste que había sido uno de los días más felices de tu viaje.
  • -Cuando me trajiste el ajo chilote que siempre quise.
  • -cuando nos despertábamos y lo primero que hacíamos era besarnos.
  • -Cuando nos encontramos en santiago después de una semana y yo no podía dejar de mirarte.
  • -Cuando fuimos a la marcha a favor de la resistencia mapuche, y tuvimos que correr del tanque lanza agua. (estuve asustada la mayor parte del tiempo, pero fue lo mejor que podría haberme pasado)
  • -Cuando me tuviste horas dentro del supermercado y te llevaste todo el vino y el mate.
  • -Cuando nos sentamos en el piso del aeropuerto, nos abrazamos, y prometimos no olvidarnos, y mantenernos de amigos.



lunes, 24 de octubre de 2016

¿cuánto resistiremos bajo agua?

Atascada en palabras, seca de tanto vivir la lluvia, consciente que debería soltar el peso de lo que no puedo saber.
Doloroso soltar lo que te aquieta el alma, Difícil volver a vivir de la misma forma. 
Las horas siguen pasando, mis ojos continúan ahogándose en lo que ahora podría tener, mis manos siguen extrañando el suave tacto de lo que más anhelaba, y no, no quiero dejarlo ir, aunque el cielo me grite que podría perder mi tiempo, aunque la tierra se vaya derrumbando y la ruta se haga cruel, aunque no quieras mirar atrás, aunque digas "suficiente", aunque calles.
Nuestras islas se están quedando sin puentes, nuestros caminos sin signos aparentes, y veo como los dos continuamos caminando en la misma dirección, para el gran final, para la explosión. 
Y ¿cuánto es suficiente? ¿cuánto resistiremos bajo el agua? 
cierro mis ojos para encontrar las respuestas que se están drenando por entre mis dedos. Pareciera que nunca logro mantenerlo a salvo, pareciera que siempre me quedo varada en la misma playa, soltando señales al cielo gris que me cubre. ¿sigues tan lejos, o es la ilusión del desplazamiento de lo que prometiste?
En ésta linea de tiempo, en la que me mantengo retrocediendo cada noche, en éste lapso que podría durar para siempre, o desvanecerse en un sólo día. en ésta línea es dónde simplemente seré.
Suelta tus miedos, porque podría quedarme sentaba bajo éste árbol para escuchar cada causa, cada sueño, y cada historia. No lo dejes morir, porque si dependiera de mi, abrazaría hasta el último aliento, y lo mantendría congelado en mi memoria.
No más cartas de amor prometiendo cosas que nunca podremos cumplir, no más miradas que no podremos mantener en el tiempo, no más idealizaciones.
Atascada en éstas cartas sin enviar, intentando ser lo suficientemente fuerte, intentando ser lo suficientemente yo. 
Sólo puedo hacer florecer palabras, una mirada sincera,y un beso a través del océano.
¿realmente cuánto resistiremos bajo agua?




martes, 11 de octubre de 2016

El lugar favorito

El lugar favorito fue la sombra de ese atardecer,
cuando por primera vez volvimos a creer,
cuando por última vez vimos nuestros muros derrumbarse

El lugar favorito fueron las palabras que no dijimos, 
mientras la mirada penetrante dibujaba una nueva historia;
Ese lugar cálido, tierno, frágil, donde cada gesto contaba, 
donde cada tacto era un trozo de vida, 
donde nos atrevíamos a soñar, 
donde nos atrevíamos a ser nosotros mismos.

Ese lugar quieto, permanente, dulce, 
donde cada risa era música, 
donde bailar era la mejor manera de decir lo que callábamos,
donde nos perdíamos, donde nos encontrábamos.

Ese lugar donde prometimos, donde derramé mis miedos, 
donde dije todo lo que siempre quise decir, donde te deseé felicidad eterna, 
donde te dejé libre, donde te dejé ir.

En éste lugar, donde la música me regala su tiempo, 
donde encuentro lo que ahora está lejos de mi, 
donde puedo pensar y dejar de pensar, 
donde estás tú.

Gélido, lejano, todo tan sin sentido, 
todo tan efímero, todo igual.
Este lugar, lleno de mi misma, 
lleno de deseos palpitantes, 
donde tú eres protagonista, 
donde los kilómetros no importan, 
donde creo que puedo esperar, confiar, crecer, y ser.

Agradecida de la simple existencia de mi enredadera favorita, esa que llenó mi mundo de felicidad, y que por un rato logró formar un nuevo paisaje.

Agradecida de mi lugar favorito, donde puedo ser, donde puedo respirar, sonreír, saber que habrá tiempo, y que el universo no nos regala coincidencias.


miércoles, 6 de julio de 2016

luna congelada

Es como si la luna se hubiese congelado,
como si la gravedad se hubiese escapado de mis pies.
¿qué tan difícil es dejar morir las hojas en invierno?
¿qué tan duro es dejar que camines lejos de ésta tierra?

Las palabras que pronuncié se agotaron en el camino,
pero se solidificaron en mis entrañas,
¿hasta cuándo está presente éste viaje?
¿hasta qué punto puedo decidirme y simplemente dejarte?

El último abrazo fue una carta y una predicción,
El último atardecer una declaración de libertad,
¿Llevaré esos días tatuados en mi voz?
¿Llevarás la silueta de mi esencia en cada país?

Cruza el universo con lo que quieres alcanzar, 
cruza cada planeta con cada uno de tus sueños.
En el fondo nadie puede pararte, 
en el fondo eres parte de la vibración

Yo me dejo ser, 
yo te dejo fluir.

Una luna congelada que mi corazón estuvo llamando,
hoy se quedará inmóvil.

Dejémonos ser por unos minutos, 
y me llevarás en cada vuelo

jueves, 30 de junio de 2016

Que la vida me quite


que la vida me quite amores
que la vida me quite amigos
momentos, rosas, lágrimas,
pero que no me quite el corazón.

Que la vida me quite alegrías
penas,  libertades, sonrisas,
pero que no me quite los sueños.

Que la vida me robe tus mentiras
tus palabras, tus promesas, tus fallas,
pero que no me quite mi fuerza,
pero que no me quite mi dignidad.

Me agobió, me agobiaste, 
Me saturó, me llenaste,
Nada de tu luna me hace sentir en casa,
Nada de tu alma me hace sentir mi piel.

así que, que la vida me quite tu presencia
que me quite tus actitudes, tus deslices, 
tus sabotajes, y tu egoísmo.

Me voy con la vida en rosa, con lo poco que tengo.
Que la vida me quite, que la vida me de,
pero que no me seque, que deje ser yo dentro de ésta nube...

miércoles, 8 de junio de 2016

La tumba del padre

Una llamada de invierno, una voz quebrajada, unas manos de hielo.
Un par de palabras vacías, un par de lágrimas malgastadas; otra vez, otra maldita vez.

Se suponía que debías ser el héroe, el que se quedara cantando hasta que los sueños me visitaran, el que enmudeciera ante mis insultos, el que me amara, él, el padre.

Mirando hacia abajo, contando cada ocasión, cada esperanza, cada regalo, cada desperdicio, cada flor, cada mirada.

Si pudiera tomar un ramo de aves libres de este extenso cielo, si pudiera mandarte cápsulas de fortaleza, tanques de amor, cajas llenas de flores. Si pudiera cambiar tu momento decisivo, tu niñez cruel, tus decepciones, e incluso tu matrimonio.
Explicarte que la felicidad es independencia, que las decisiones son el futuro, que los malos recuerdos son solo pasado, que la inocencia es inmune, que podemos perdonar y ser perdonados.
El perdón hacia ti mismo, la comunicación con tu alma, la capacidad de abrazar tus debilidades, la valentía de la auto aceptación, todo eso, en cierto punto te hubiese cambiado, y tal vez, sólo tal vez estarías sentado sobre placas de oro.
Nunca necesitaste nada, pero no lo sabías. 
Todos esperan ser amados, pero nadie realmente ama, y tú, inocentemente, esperaste el barco que nunca iba a llegar, te hundiste en la arena, te dejaste sabotear por tu voz interior, te dejaste ahogar.

Una caricia por tu arrugada mejilla, un par de flores sobre tu cuerpo, sobre tu tumba, ya no queda nada, y recuerdo, de tanto en tanto, la vez que me dijiste que te mantendrías vivo por mi, la vez luego de 5 años, en la que me dijiste que morirías pronto.

Y estás muerto, pero en vida. Mi corazón y cada poro de piel se despide de ti, como cuando era niña, como cuando te esperaba al lado de los columpios, como cuando no volvías, como cuando me hacías tragar cada falsa promesa.

De luto, de negro, botando la pena de quince años.
Desnuda, desechando a la niña, formando a la mujer fuerte que supo decir adiós.
De blanco, esperando que hayas pronunciado perdón al cielo...

Ahora,  solo espero frente a ésta gélida pantalla, desahogando la angustia de la llamada de hoy, una llamada traída del ártico de tu corazón, del centro del virus, de la isla decepción.



Otra vez, una vez, ésta vez...





jueves, 26 de mayo de 2016

Begin

Comienzo a sentir  piel antes imperceptible
Comienzo a sentir cada táctil centímetro
Comienzo a sentir la cercanía de mi sombra
Comienzo a sentir las libertades del alma
Comienzo a dejarlo ir
Comienzo a dejarlo morir
Cada prejuicio
Cada insatisfacción
Cada lágrima.
Orgullosa de cada imperfección,
 de cada desnivel,
de cada pixel.

Comienzo a enredarme en mi misma
Comienzo a bañarme en rosas silvestres
Comienzo a sentir el sol entre mi cabello
Comienzo a amar la sal de mi cuerpo

Comienzo a sentir mis delicadas manos
Comienzo a sentir mi tierna voz
comienzo a cubrirme en seda
a mirarme
 a enamorarme, 
a aceptarme.

Comienzo a derramar mis comparaciones
Comienzo a quemar lo impuesto
comienzo a arrugar mis exigencias
Me dejo elevar
 me dejo ser
 me dejo 




jueves, 14 de abril de 2016

No necesito

No necesito hablar, ni responder, ni suponer, ni esperar.
Las hojas se agitan, los rostros pasan, la multitud se engloba, la gente no escucha.
No necesito ser parte, y menos hoy cuando la lluvia se hace presente, cuando el techo es el eco de cada gota, cuando el frío es quien llega a nuestro lado más profundo, cuando la brisa nos canta, cuando el arcoíris es el mejor cuadro.

No necesito palabras, preguntas, reflexiones, soliloquios. 
No, no los necesito.
La relatividad me agobia, me hace sentir ignorante, insignificante, inhumana.
¿Qué intentan controlar?¿qué intentan decirme cuando saben que no soy perenne?
¿Qué quieren, qué esperan?
Nadie dice, todos suponemos, todos quedamos en la espera, en el dolor, en la angustia, en la maldita incertidumbre.

No necesito escuchar opiniones, la sabiduría se va como el polvo. 
No quiero, no me apetece, no hoy.
Mis manos sostienen mi frente, la guerrera interna, la que ha perdido, la que busca tomar terreno, la que no encuentra forma.

Desesperación, ahogo, cansancio, repugnancia.
No lo necesito, no necesito la pena, no necesito escuchar la misma sirena de alerta.
Unas horas inconsciente, unos días de fingir ser loco, unos meses de quedarse sentada bajo la línea perdida. La batalla fue dura, sangrienta, interminable. Déjenme tomar agua, sentarme bajo ese árbol, trepar, probar la manzana. 
Déjenme caer, sentirme vaga, humilde, niña, demacrada.
La sanidad es parte del desalojo, de la auto aceptación, del dolor.
Necesito tiempo, no palabras. 
Necesito espacio, no misas. 
Necesito de mi.

Creen

Creen que soy un castillo medieval, una roca de stonehenge, un rascacielo de chernobil.
Creen que no necesito agua, que no necesito sol, tierra, brisa, océano.
No creen que soy, creen que está programado, que la fortaleza está adherida a la cáscara interna, que no existen las capas.
Sin embargo soy cuarzo expuesto a electricidad, soy arena para el viento, lluvia torrencial para las aves. 
El peso no disipa, no dispersa, no concluye. Manos rotas, rodillas quemadas, ojos secos.
moho presente, musgo expuesto, lodo derramado.
Creen que soy diamante, pero el carbón demora, creen que la paciencia habita, pero se desliza por mis huesos. Mi piel se estira, se engancha, se rasga, y no puedo hacer nada. No pronuncio, no derramo, no grito, no pido ayuda.
Escalas sin niveles, sin clases, sin descripciones.
Me envuelvo, me escondo, sin embargo obsequio mis plegarias. Un abrazo y mil flores, un rayo de sol, una palabra tersa, una caricia sinfónica, una caja de horas, una mirada sincera.
Me expongo, lo despisto, lo callo, lo enmudezco.
Creen que soy cáctus, palmera sahariana, océano pacífico, hielo ártico, gas de supernova.
Pido menos ignorancia, más lealtad, más amor, más bondad, más miradas, más abrazos cautivantes. Pido más humanidad, menos materialismo, más observación, más simpleza.
Creen que son lo que ven, que somos lo que escuchamos, que seremos lo que hicimos.
Creen tanto, y no creen en nada...

jueves, 25 de febrero de 2016

No tenemos un lugar común (Birdman)


No tenemos un lugar común, ninguno espera al otro, y nadie sabe dónde van demarcándose las pisadas del otro. Tal vez el amor está acariciando tu viaje, yo me limito a mirar el sol cuando está a punto de apagarse. Todo es tan perfecto cuando no estamos presentes. no te veo, y probablemente si lo hago, será metódico, será casi un soliloquio de mi parte. Ahora, cuando mis manos sostienen mi cara y mis ojos debilitados, me pregunto qué sentido es todo lo que soy, todo lo que escribo, todo lo que pienso en éstas dramáticas horas. 
Mi última parada es aquí, sin embargo tu embarcación está en stand-by. 
Quiero saber qué quieres, dónde quieres ir, pero sé que sería como arrebatar las aves del cielo, ellas, tiernas y libres, nunca saben su destino, y estoy segura que ese es el verdadero sentido, la forma de vida en que te dejas fluir, te dejas ser parte. 
Todo ésto es el reflejo de lo que anhelo, y que veo en ti cada vez que caminas, o que cuentas sobre tus utopías. 
Las palabras que dije se quedan como fósiles, no, no me arrepiento, eres la mejor sensación, la mejor terapia para sentirme parte de mi misma. 
No quiero sentirme anfitriona de nada, no quiero poseer ni ser la dueña de lo más caro, quiero ver crecer la hierba de mi alrededor,y verte tirado mirando las nubes. 
Soy la parte que está intentando formar la obra completa, un rompecabezas hecho a medida que está en proceso, por eso no pido, por eso me quedo quieta y no hablo. No, no necesito a nadie. Necesito amar mis contradicciones, la forma en la que me desespero por el tener el control de mi propia gravedad, la forma en que cambia mi cuerpo.
Eres el amor que en la vida alguien puede desear, y lo vivo, lo vivo cuando te imagino, de aquí para allá, revoloteando por los lugares más vírgenes.
Quiero quedarme sentada sintiendo la lluvia, sin pensar, sin tener planes, sin ahorrar energía, tiempo, o dinero; quiero una pausa verdadera.
Mi última parada serás tú, no ahora, y tal vez nunca, pero después de la gran obra, cuando las piezas sean dueñas de si mismas, cuando la voz sea intachable y dulce, cuando el cuerpo sea lo más dulce antes del desayuno. No, no te espero, y tu tampoco, pero juraría que todo fluye en la dirección correcta incluso cuando vemos que va en reversa.