Creen que soy un castillo medieval, una roca de stonehenge, un rascacielo de chernobil.
Creen que no necesito agua, que no necesito sol, tierra, brisa, océano.
No creen que soy, creen que está programado, que la fortaleza está adherida a la cáscara interna, que no existen las capas.
Sin embargo soy cuarzo expuesto a electricidad, soy arena para el viento, lluvia torrencial para las aves.
El peso no disipa, no dispersa, no concluye. Manos rotas, rodillas quemadas, ojos secos.
moho presente, musgo expuesto, lodo derramado.
Creen que soy diamante, pero el carbón demora, creen que la paciencia habita, pero se desliza por mis huesos. Mi piel se estira, se engancha, se rasga, y no puedo hacer nada. No pronuncio, no derramo, no grito, no pido ayuda.
Escalas sin niveles, sin clases, sin descripciones.
Me envuelvo, me escondo, sin embargo obsequio mis plegarias. Un abrazo y mil flores, un rayo de sol, una palabra tersa, una caricia sinfónica, una caja de horas, una mirada sincera.
Me expongo, lo despisto, lo callo, lo enmudezco.
Creen que soy cáctus, palmera sahariana, océano pacífico, hielo ártico, gas de supernova.
Pido menos ignorancia, más lealtad, más amor, más bondad, más miradas, más abrazos cautivantes. Pido más humanidad, menos materialismo, más observación, más simpleza.
Creen que son lo que ven, que somos lo que escuchamos, que seremos lo que hicimos.
Creen tanto, y no creen en nada...
No hay comentarios:
Publicar un comentario