martes, 21 de mayo de 2013

Escribí esta entrada porque necesitas saber qué...




Como una entrevista, vienen las sombras a enterarse de lo que no existe, ¿por qué silenciaste tus antiguas promesas? ¿Qué podría contestar yo cuando la lluvia y el viento vienen a preguntar por ti? Sinceramente estos últimos 3 meses he cerrado la ventana, para que no vuelen inesperadamente las palabras, para que inesperadamente no se rompa el alma de los que aún tienen conciencia. ¿Creíste que me quedaría sentada? ¿Callada? Fue tu error.Ahora caminas por esas húmedas y frías calles, por esos lugares poco transitados. No vas a acompañado, tu decencia te abandonó hace mucho, tu insolencia te dejó sin sombra. Es una pena que debes aguantar, la pena de los miserables.¿En qué piensas cuando comes? ¿En qué piensas cuando vuelves a esta antigua ciudad, cuando ves el tren, el parque, el cielo rosa, mi fotografía? Es una verdadera lástima, una pena.Todos saben lo que tú quieres alcanzar, menos tú. Todos saben tus errores, menos tú. Que irónico ¿cómo puedes sobrellevar tu vida?
Ahí debes de estar, sentado en un sofá, tal vez en tu cama. Ahí debes de estar gozando de la comida, de tus nuevos territorios y conquistas. Pero se te olvida algo: Tu dignidad.Oh no, perdóname, tu dignidad fue la que quedó intacta. La mía fue la que recibió los golpes de la sociedad.
Dejaré de ser tan retórica, para convertirme en una maldita escritora de ensayos sencillos. Tal vez así comprendas, tal vez así llegue a tus oídos el mensaje.

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